Patan es belleza. No es de extrañar que también la llamen “Latipur” que significa “ciudad hermosa”. Cuenta con grandes plazas, casas antiguas, muchísimos templos, monasterios, imágenes y esculturas. Y lo que es mejor. Se puede pasear tranquilamente porque casi no hay tráfico. Pero cuando llegamos nosotros Patan no era tan tranquilo porque estaba en fiestas. Las calles estaban decoradas con guirnaldas y luces y todo el mundo paseaba en la calle con sus familias, amigos, etc.
En la India apenas había visto familias que pasearan juntas, cuadrillas de jóvenes bien arreglados, o ancianos mirando el paisaje en la calle con sus gorros típicos (igual que un abuelete español con su boina). Se respiraba un ambiente festivo y sano, muy familiar.
Como visitas de interés tenemos el Durbar Square con sus templos, patios y santuarios construidos mayoritariamente en el siglo XVII; la pagoda Hiranya Varna Muhaviviar, con una gran imagen de Buda; el Templo de Kumbheshwor, una pagoda de cinco pisos y el Templo Dorado, el más conocido.
La mayoría de la gente se repartía entre el Durbar Square y el pequeño lago, en donde algunos paseaban en barcas. Nos quedamos sentados viendo la gente pasar con sus sonrisas, escuchando música nepalí y bebiendo una refrescante cerveza marca Everest.
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