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martes, 7 de julio de 2009

Paseíllo por ENSCHEDE, Holanda

Participantes: María, compañera de trabajo alemana, nacida en Canarias pero de origen chileno; sus padres y yo. El motivo, hacer la compra. Así de cerca está Holanda de Schüttorf, el pueblo en donde vive la familia Sánchez. Se puede comprar sobre todo fruta y pescado con mejor calidad que en Alemania.
Enschede es una pequeña ciudad holandesa, muy cerca de la frontera con Alemania. Es popular por su universidad a la que acuden muchos alemanes, previo examen de holandés –idiomas con muchas similitudes-.





Pues bien, nada más llegar a Holanda (nunca había estado aquí), mis primeros diez minutos consistieron en comprar marihuana. No era para mí, no os preocupéis. La compra consistió en ir a un coffee shop. En una mesa estaba sentado el vendedor con una caja con el dinero y otra, con las bolsitas de droga. Ya está.





Un paseíto por esta ciudad futurista. Lo que me llamó la atención es que por todos lados venden enormes quesos. Motivo por el que los alemanes llaman a los holandeses “cabezas de queso”. No voy a contar mucho más, porque sólo estuvimos unas horas y no me las voy a dar de que soy una experta en lugares emblemáticos de Enschede, jeje.





Por la noche fuimos a la enormísima discoteca Index de Schüttorf. Muchas salas conectadas que hacen que sea fácil perderse. Atención, algunos espejos de los lavabos están conectados a pantallas. Vamos, que en una de las salas puedes ver a gente retocándose el maquillaje y poniendo caras. Tiene un curioso sistema para pagar las bebidas. Si se entra antes de las 11, la entrada cuesta 5€ y las bebidas a mitad de precio durante toda la noche. Te dan una tarjeta en la que se apunta lo que se pide y se paga al salir. Si pierdes la tarjeta tendrás que abonar al final 50€. Peeeero, María se encontró una tarjeta en el suelo, lo que significa que alguien tendrá que pagar esa cantidad, y nosotros podemos bebérnosla. Conclusión, no pierdas tu tarjeta y mira el suelo de vez en cuando. Esta discoteca es digna de ver, cada fin de semana recibe entre 6000 y 7000 visitantes y tiene el bar de hielo más grande de Europa.





A ver si hago una visita más larga a Holanda, la próxima será Ámsterdam. ¡Tiembla!

1 comentario:

Nolfy dijo...

Jo... qué curioso... gracias por el minireportaje, supone un soplo de brisa para aquellos que estamos currando en verano... puajjjj... kajjjkoooo... dan ganas de escaparse por allí...