Un 20 de julio, volviendo a casa, en la calle Santa Teresa me encontré con que los policías no dejaban aparcar.
-¿Qué pasa aquí?
- Na, que viene el príncipe Naruhito a cenar ahí en frente.
Al restaurante El chalet, al ladico de mi portal.
Buen país de cotillas para salir a cenar; hacia las ocho ya se veían muchas cabezas asomadas por las ventanas de sus casas. Y ya a las nueve, estábamos ahí, las veinte marujas del barrio, más el señor que pasaba en chándal paseando al perro, el chico haciendo footing, la joven con resaca (ejem…). Con nuestros atuendos protocolarios (véase ropa de domingo en verano: chancletas, pantalón corto y demás exquisiteces) le esperamos a la salida del pequeño restaurante.
Os dejo el vídeo, que grabó mi padre. La que dice al final “Sí, somos vecinos” es mi madre, a la cual le dio la mano. Estaba muy emocionada porque estuvo en Japón y dice que Naruhito vive en un palacio, rodeado de jardines y ahí no le ve el pelo ni Piter. Conichiwa!!
-Míralo Naruhito, que majo que es!
-Y qué pequeñico!
Justo después me fui a la Expo a ver conciertos. No pensaba hablar de ella, pero con semejantes escenas bizarras, el asunto torna complicado para una zaragozana en Zaragoza.
Una potentísima Patti Smith que nos deleitó con su clásico “Because the night” y muchas otras. El cierzo no le dejaba en paz en el anfiteatro 43, pero se estaba bien a gusto escuchando a esta leyenda del rock.
Y para finalizar el día, concierto de Aïwa. Una banda que superó con creces mis expectativas. Se trata de un grupo que surgió en Francia, mezclan sonidos Irakíes, con hip hop en árabe; combinan instrumentos tradicionales con sonidos eléctrónicos, sumado a un carismático hiphopero argelino. Como él mismo dijo “Vengo de Argelia, pero lo importante es que todos somos del mismo planeta”.
Web de Aïwa, escuchad la canción Elnar.
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